En la última semana los niños traen a clase la información sobre la imagen investigada en casa. La gran mayoría la han comentado con su familia. Os integran dentro del aula y en sus aprendizajes con este tipo de actividades en las que los acompañáis.
El siguiente vídeo enviado por la familia de Noa nos da una respuesta completa a nuestra cuestión y su gran apreciación sobre la Tierra y el hombre.
Intentamos que nuestros alumnos recaben información, la interpreten y la expresen generando reflexiones de este tipo. Gracias Noa, tendremos en cuenta tus palabras y trataremos de que la educación transmita valores.
A continuación os dejamos el texto del astrónomo Carl Sagan ; una exquisita reflexión sobre la fotografía tomada por la sonda espacial Voyager 1.
ESE PEQUEÑO PUNTO AZUL PÁLIDO
Concluido su paso por Neptuno y bajo petición de Carl Sagan, la Voyager giró y tomo una secuencia de fotos entre el 14 de febrero y el 6 de junio de 1990. En ellas se puede observar la fotografía más distante jamás vista de la Tierra. Inspirado en esta singular imagen de nuestro mundo, Carl Sagan escribió un libro titulado "Pale blue dot" (Un pálido punto azul) en donde plasma un conjunto de reflexiones acerca de las posibilidades del género humano en el universo. A continuación ofrecemos a ustedes un fragmento del primer capítulo de este libro:
"La sonda se encontraba muy lejos de casa, pensé que sería buena idea que justo después de Saturno hiciéramos que diera un último vistazo a nuestro planeta. Desde Saturno la Tierra se ve demasiado pequeña como para que la Voyager captara algún detalle. La Tierra aparece como un simple punto de luz, un píxel difícilmente distinguible de los otros puntos de luz que la Voyager vería; pero precisamente debido a la insignificancia revelada de nuestro mundo valdría la pena tomar una foto así.
Es bien sabido por los científicos y filósofos de la antigüedad clásica, que la Tierra es un irrelevante punto en la mitad del inmenso cosmos, pero nadie la había visto nunca así; esta era nuestra primera oportunidad, y tal vez única en décadas. Así que aquí está:
Un mosaico de cuadrados esparcidos constituyen los planetas, con un puñado de lejanas estrellas en el fondo. Debido al reflejo de la luz del Sol sobre la sonda la Tierra parece estar sobre un haz de luz, como si se tratase de un mundo con una especial significación, pero es solo un accidente geométrico y óptico. En esta imagen no hay señal alguna de seres humanos, nada de nuestro trabajo sobre la superficie ni de nuestras máquinas ni de nosotros mismos. Desde este punto de vista no hay evidencia de nuestra obsesión nacionalista; en la escala de los mundos los seres humanos somos insignificantes, una fina capa de vida sobre un oscuro y solitario trozo de roca y metal.
Consideremos nuevamente este punto. Esto que está aquí es nuestro hogar, eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todo aquel que conocemos, todos de quienes hemos oído hablar y todo ser humano, quien quiera que fuera que ha vivido su vida. En él está el conjunto de nuestra alegría y sufrimiento, miles de religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y cada recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y plebeyo, cada joven pareja de enamorados, cada madre y padre y sus esperanzadores hijos, inventores y exploradores, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada "superestrella", cada líder supremo, cada santo y pecador de la historia de nuestra especie vivió aquí, una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra no es más que un pequeñísimo grano que forma parte de la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre derramados por cientos de generales y emperadores para conseguir la gloria y ser los amos momentáneos de una fracción de este punto; piensa en las crueles vistas sin fin que los habitantes de una esquina de éste píxel hiciera contra los ni siquiera distinguibles habitantes de alguna otra esquina ¡Cuán frecuentes son sus malentendidos! ¡Cuán dispuestos están a matarse los unos a los otros! ¡Cuán fervientes son sus odios!
Nuestras posturas, nuestra presunción imaginada, la falsa ilusión que tenemos de poseer un lugar privilegiado en el universo son desafiadas por este pálido punto de luz. Nuestro planeta es una mota solitaria en la inmensa oscuridad cósmica. En toda esta insondable oscuridad, en esta gran vastedad no hay ningún indicio de que la ayuda vendrá de otra parte para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta el momento capaz de albergar vida; no existe otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pueda migrar ¿Visitar? sí ¿Establecerse? aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es el lugar en donde hemos de permanecer.
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia constructora de carácter y humildad, quizá no exista mayor demostración de la locura de la presunción humana que esta distante imagen de nuestro diminuto mundo. Para mí recalca nuestra responsabilidad de compartir más amablemente los unos con los otros, para preservar y cuidar ese puntito azul pálido, el único hogar que hemos conocido".
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