Conocimos la historia de la primera astronauta en su viaje a la Luna: Laika. Comenzaron a aflorar los sentimientos de pérdida y duelo tras conocer que el viaje tuvo un trágico desenlace, y finalmente Laika se queda en el firmamento brillando cada noche, los peques me comentan conocer dónde se encuentra Laika en el firmamento; afirman qué es la estrella más brillante. Nos quedamos con esa convicción y cuándo visitemos las estrellas de nuevo aparecerá entre nosotros.
Los temas relativos al dolor y sufrimiento los tratamos con sumo cuidado, pero con claridad y realismo. Partimos de que a esta edad el realismo aún no se ha instalado en su desarrollo cognitivo, pero ayudamos a que se desarrolle de una forma sana y contribuyendo a que conozcan que existen los sentimientos de dolor y tristeza y los asumimos dentro de la normalidad, permitiéndoles y permitiéndonos que experimentarlos los fortalecerá. No les ofreceremos situaciones dolorosas de forma gratuita, pero insistimos en qué cuándo de forma ocasional y fortuita se presenten, tendrán el apoyo de sus seres queridos y el tratamiento responsable y adulto de las principales figuras de apego del niño como mamá, papá, abuelos...
Continuamos con este tema de una forma lúdica y desenfadada e intentarán rescatar a Laika con sus robots. Para ello, construimos una nave espacial en la que Laika realiza su viaje, traen sus perritos de casa y programan llegar a Laika para evitar su triste final.
Se divierten mucho en su expedición robótica a la Luna, colocamos varias salidas y cada niño establece su nivel de dificultad. Alternamos la actividad en dirigida para después pasar a juego libre.